lunes, 29 de abril de 2013

¿QUÉ ES LA TERAPIA LÚDICA?


Desarrollada inicialmente a finales del siglo XX, hoy en día la terapia lúdica incluye un gran número de  métodos de tratamiento, todos ellos aplicando los  beneficios terapéuticos del juego. La terapia lúdica  difiere del juego normal en el hecho de que el terapeuta ayuda al niño a tratar y resolver sus propios  problemas. La terapia lúdica se apoya en la forma natural en que los niños aprenden sobre ellos mismos y sobre sus relaciones con el mundo que los rodea (Axline, 1947; Carmichael, 2006; Landreth, 2002). A  través de la terapia lúdica, los niños aprenden a comunicarse con los demás, expresar sus sentimientos,  modificar su comportamiento, desarrollar la habilidad de resolver problemas y aprender formas de  relacionarse con otros. El juego les ofrece una  distancia psicológica segura de sus problemas y les permite expresar pensamientos y sentimientos apropiados para su desarrollo.
El juego es una actividad presente en todos los seres humanos. Los etólogos lo han identificado con un posible patrón fijo de comportamiento en la ontogénesis humana, que se ha consolidado a lo largo de la evolución de la especie (filogénesis).
Su universalidad es el mejor indicativo de la función primordial que debe cumplir a lo largo del ciclo vital de cada individuo. Habitualmente se le asocia con la infancia, pero lo cierto es que se manifiesta a lo largo de toda la vida del hombre, incluso hasta en la ancianidad.
Popularmente se le identifica con diversión, satisfacción y ocio, con la actividad contraria a la actividad laboral, que normalmente es evaluada positiva mente por quien la realiza.  Pero su trascendencia es mucho mayor, ya que a través del juego las culturas transmiten valores, normas de conducta, resuelven conflictos, educan a sus miembros jóvenes y desarrollan múltiples facetas de su personalidad.

La actividad lúdica posee una naturaleza y unas funciones lo suficientemente complejas, como para que en la actualidad no sea posible una única explicación teórica sobre la misma; bien porque se aborda desde diferentes marcos teóricos, o porque los  autores se centran en distintos aspectos de su realidad, lo cierto es que a través de la historia aparecen diversas explicaciones sobre la naturaleza del juego y el papel que ha desempeñado y puede seguir desempeñando en la vida humana.
El juego es un instrumento trascendente de aprendizaje de y para la vida, por ello un importante instrumento de educación, y para obtener un máximo rendimiento de su potencial educativo, será necesaria una intervención didáctica consciente y reflexiva.
Es importante distinguir entre los diferentes tipos de juegos,  porque el papel que desempeña el juego a lo largo del desarrollo del individuo varía en función del tipo de juego concreto al que nos refiramos, y de la etapa evolutiva en la que se encuentre el individuo.
Normalmente se clasifican en función de sus contenidos o en función del número de participantes, es decir, juegos individuales, colectivos o sociales.


¿POR QUÉ JUGAR?


Los profesionales del área de la salud mental observaron en forma creciente que jugar es tan importante para la salud y felicidad humana como el amor y el trabajo (Schaefer, 1993). Algunos de los mayores pensadores, entre ellos Aristóteles y Platón, ya reflexionaron sobre por qué el jugar es algo tan fundamental en nuestras vidas.
Cuando los niños aprenden a gatear y luego a caminar van desarrollando sus capacidades motrices según Morris en el libro El hombre al desnudo. Posteriormente, las habilidades que logra con ello, le brindan un mayor desempeño al momento de correr o encestar un balón.
Jugar es una actividad divertida y agradable, que eleva nuestros espíritus e ilumina nuestra visión de vida. Expande nuestras habilidades para comunicarnos, aprender, madurar y ser productivos. El jugar alivia el estrés y el aburrimiento, nos conecta con los demás en una forma positiva, estimula el pensamiento productivo y la búsqueda, regula nuestras emociones y alimenta nuestro ego (Lanreth, 2002). Además, el jugar nos permite practicar habilidades y roles necesario para sobrevivir. El aprendizaje y el desarrollo son fomentados mejor a través del juego (Russ, 2004).



1.3.1 La importancia del juego en los niños
El juego es la principal actividad a través de la cual el niño lleva su vida durante los primeros años de edad, así como lo menciona Jean Piaget y María Montessori. Por medio de él, el infante observa e investiga todo lo relacionado con su entorno de una manera libre y espontánea. Los pequeños van relacionando sus conocimientos y experiencias previas con otras nuevas, realizando procesos de aprendizaje individuales, fundamentales para su crecimiento, independientemente del medio ambiente en el que se desarrolle (Arango, 2000).

Para los niños es tan serio jugar como para los adultos ir a trabajar.
Jugar es su peculiar manera de conocer y aprender. A través del juego aprenden a descubrir y a experimentar. Interactúan con las personas y los objetos.
Para los niños no es importante el construir algo o acabar el juego; sino jugar. También, es una actividad agradable, que les provoca sensación de bienestar.

El juego puede ser diferente para cada niño. Este último, puede jugar con un cochecito a hacerlo rodar, mientras otro lo hace volar, o lo usa para simular un tren. También, va evolucionando con el desarrollo de niño. No son los mismos juegos cuando tienen meses, que cuando tiene 2 años que cuando tienen 4 años. Además, tiene un valor terapéutico. Ya que, ayuda a liberar tensiones y a eliminar la energía retenida (como cuando los adultos desarrollan algún deporte, yoga o baile).

A través del juego los niños pueden expresar sus emociones. Este es un gran valor para el buen desarrollo emocional de nuestros niños.
Enfadarse con las muñecas, proteger al osito para que no tenga miedo, hacer un túnel para resguardarse de algo, jugar a construir para después destruir, jugar a ser mayor que los peluches, jugar a médicos, etc. Estas actividades las escogen ellos libremente y les ayudan a expresar sus sentimientos y liberarse.


Datos puntuales de los beneficios del juego en el niño:

-       Permite el crecimiento y desarrollo global de niños y niñas, mientras viven situaciones de placer y diversión.
-       Constituye una vía de aprendizaje del comportamiento cooperativo, propiciando situaciones de responsabilidad personal, solidaridad y respeto hacia los demás.
-       Propicia situaciones que supongan un reto, pero un reto superable.
-       Evita que en los juegos siempre destaquen, por su habilidad, las mismas personas, diversificando los juegos y dando más importancia al proceso que al resultado final.
-       Proporciona experiencias que amplíen y profundicen lo que ya conocen y lo que ya pueden hacer.
-       Estimulación y aliento para hacer y para aprender más.
-       Oportunidades lúdicas planificadas y espontáneas
-       Tiempo para continuar lo que iniciaron.
-       Tiempo para explorar a través del lenguaje lo que han hecho y cómo pueden describir la experiencia.
-       Propicia oportunidades para jugar en parejas, en pequeños grupos, con adultos o individualmente.
  • Compañeros de juego, espacios o áreas lúdicas, materiales de juego, tiempo para jugar y un juego que sea valorado por quienes tienen en su entorno.

1.3.2 La importancia del juego en educación inicial
A los niños de todas las edades les encanta jugar.  Tanto a los cinco meses como a los cinco años de edad, los juegos son la mejor manera de fomentar el aprendizaje de los niños.  Mientras juega, el niño adquiere la base necesaria para sus habilidades académicas, aprende a llevarse bien con otras personas y desarrolla un sentido de orgullo y satisfacción por los logros que va alcanzando.  Las preferencias y estilos de los juegos varían según sea la edad del niño.  Como padre o madre, usted puede facilitarle esta adaptación a distintos juegos.  Reír con un bebé o un niño pequeñito, o cantarle a arrullarle, es una primera forma de juego social y ofrece interesantes experiencias de lenguaje.  Igualmente, explorar diversos juguetes u objetos domésticos, como ollas y cucharas grandes de madera, estimula el desarrollo visual, motriz, e intelectual.  Si el niño tiene dos o más años de edad, la participación del padre o madre enriquece sus juegos y comunica el concepto de que jugar es importante.
 
Algunos ejemplos de lo que el niño aprende mediante el juego en la escuela:

CONSTRUCCIONES CON BLOQUES
Cuando hace construcciones con bloques o cubos, el niño aprende a resolver problemas de manera creativa y con imaginación.  Sea que construya la torre más alta del mundo o una ciudad en miniatura, el niño aprende conceptos de peso, equilibrio, espacio, y dimensiones.  También aprende importantes habilidades sociales y de lenguaje al comunicar ideas y colaborar con sus amiguitos.
En el Hogar - Encontrar un lugar donde jugar y un lugar donde guardar los bloques de manera segura.
Escuchar al niño mientras describe lo que va construyendo y ayudarle a encontrar elementos adecuados para enriquecer el juego, como por ejemplo papel y crayones para hacer carteles y escenarios, y ropa o disfraces que correspondan a cada tipo de construcción.


JUEGOS TEATRALES
“Juguemos a la casita" es una sugerencia frecuente tanto en el hogar como en un centro pre escolar.
Mediante el juego teatral, o la representación de distintas situaciones, el niño enriquece su imaginación, crea sus propios mundos, y puede expresar sin peligros sus temores y experiencias.  El niño puede imaginar que da una fiesta o que se despierta de una siesta por el ruido de un trueno.
Cualquiera sea la situación que se represente, el niño podrá experimentar con nuevos papeles.
En el Hogar - Si hay bastante espacio, se puede usar el rincón de la casa en el cuarto del niño, o guardar los elementos que se usen para el juego en cajas fáciles de alcanzar.
Los elementos pueden ser ropa o disfraces, muñecos, objetos domésticos como cubiertos y platos, un teléfono de juguete, etc. Se recomienda hacer preguntas que estimulen el juego, por ejemplo: "¿Tienes invitados para el almuerzo hoy?" “¿Cómo se siente tu bebito esta tarde?" La participación alegre del padre o la madre en estos juegos de fantasía ayuda a enriquecer el desarrollo del niño.


EL PLACER DE LOS LIBROS

Para los niños de edad pre escolar, la biblioteca es un sitio donde puede irse para descansar, pensar, concentrarse con un libro, o compartir una historia.  Mediante los libros, los niños aprenden que el idioma es útil y poderoso.  En ellos encuentran información nueva, aprenden a manejar sus sentimientos y los cambios que se producen en sus vidas, y pueden dejar volar libremente la imaginación.
En el hogar es bueno que los padres compartan con el niño un espacio donde puedan escoger algunos títulos favoritos de una biblioteca.  Al niño puede gustarle mirar cuales son los libros disponibles.  Al volver a casa, podrán leer juntos uno o dos cuentos.  Si es posible, ponga unos estantes bajos para guardar los libros y un almohadón cómodo para recostarse.


JUEGOS ARTÍSTICOS

Sea que mezcle un poco de pintura roja con pintura amarilla, o que modele alguna forma especial usando masilla o plastilina, el niño experimenta el placer y la satisfacción de crear algo que es totalmente personal.
Las actividades artísticas permiten que el niño se sienta libre para experimentar y descubrir.
En el hogar es necesario alentar al niño consiguiéndole materiales adecuados, como masilla o plastilina, utensilios plásticos y moldes de galletitas, pinturas, papel, pinceles, un delantal, lápices de colores y creyones, marcadores, tijeras que no sean peligrosas, goma para pegar, trozos de papel y de tela.  Colocar los elementos en un lugar de fácil alcance y que sea fácil limpiar.  Por último, exhibir la "creación” del niño en un lugar de la casa.
Los juegos dan al niño la oportunidad de poner en práctica nuevas ideas y al mismo tiempo que se divierten con sus logros y desarrollan una actitud positiva para la participación en nuevas experiencias.  El aprendizaje empieza en la primera infancia y lo hace a través del juego. Es importante que los padres jueguen con los niños y puedan compartir momentos especiales.

¿POR QUÉ LA TERAPIA LÚDICA?


La terapia lúdica es un abordaje estructurado basado en la teoría, que se construye sobre los procesos comunicativos y de aprendizaje normales de los niños (Carmichael, 2006; Landreth, 2002; O´Connor & Schaefer, 1983). Los poderes curativos del juego son utilizados de diversas maneras. Los terapeutas utilizan la terapia lúdica para ayudar a los niños a expresar lo que les incomoda, cuando no poseen el lenguaje verbal para expresar sus pensamientos y sentimientos (Gil, 1991). En la terapia lúdica los juguetes son las palabras del niño, y el juego su lenguaje (Landreth, 2002).
A través del juego, el terapeuta puede ayudar al niño a desarrollar sus  carencias emocionales y sociales al aprender comportamientos adaptativos (Pedro-Carroll & Reddy, 2005). La relación positiva que tiene lugar entre el terapeuta y el niño durante las sesiones de terapia lúdica le ofrece a este último una experiencia emocional correctiva necesaria para la curación (Moustakas, 1997). La terapia lúdica también puede ser utilizada para promover el desarrollo cognitivo y ofrecer una visión y resolución de conflictos internos o pensamientos disfuncionales del niño (O'Connor & Schaefer, 1983; Reddy, Files-Hall & Schaefer, 2005).


¿QUIÉN PRACTICA LA TERAPIA LÚDICA?


La práctica de la terapia lúdica requiere una  educación especializada extensiva, entrenamiento y experiencia. Un terapeuta lúdico es un profesional licenciado (o certificado) del área de la salud mental, con una Maestría o Doctorado en algún campo de la salud mental y con una considerable experiencia clínica general y de supervisión.
Con un entrenamiento avanzado y especializado, y siempre bajo supervisión, los profesionales del área de la salud mental pueden también obtener  el título de Terapeuta Lúdico RegistradoTM (RPT) o Terapeuta-Supervisor Lúdico RegistradoTM (RPT-S), otorgado por la Asociación para la Terapia Lúdica (APT).

¿CÓMO FUNCIONA LA TERAPIA LÚDICA?


Los niños son derivados a la terapia lúdica para resolver sus problemas (Carmichael; 2006; Schaefer, 1993). A menudo, cuando los niños han agotado sus propios métodos de resolución de problemas, se comportan mal en casa, con sus amigos y en la escuela (Landreth, 2002). La terapia lúdica les permite a los profesionales del área de salud mental especializados en terapia lúdica evaluar y entender el juego del niño. Más aún, la terapia lúdica es utilizada para ayudar al niño a lidiar con emociones difíciles y encontrar soluciones a sus problemas (Moustakas, 1997; Reddy, Files-Hall & Schaefer, 2005). Al enfrentar los problemas en el ambiente de la terapia lúdica clínica, los niños encuentran soluciones más saludables. La terapia lúdica les permite cambiar la forma en la que piensan, sienten y resuelven sus preocupaciones (Kaugars & Russ, 2001). Incluso los problemas más perturbadores pueden ser confrontados en la terapia lúdica, y soluciones duraderas pueden ser encontradas, ensayadas, perfeccionadas y adaptadas a estrategias que duren la vida entera (Russ, 2004). 

¿QUIÉN SE BENEFICIA CON LA TERAPIA LÚDICA?


A pesar de que todo el mundo puede beneficiarse con ella, la terapia lúdica es especialmente apropiada para niños entre 3 y 12 años de edad (Carmichael, 2006; Gil, 1991; Landreth; 2002; Schaefer, 1993). Adolescentes y adultos también se han beneficiado con técnicas lúdicas y procesos recreativos.  

¿CÓMO BENEFICIARÁ LA TERAPIA LÚDICA A UN NIÑO?


La terapia lúdica es implementada como un tratamiento de elección en ambientes de asistencia psicológica, de desarrollo, escolares, residenciales, recreativos, hospitalarios y en agencias asistenciales, con pacientes de todas las edades (Carmichael, 2006; Reddy, Files-Hall & Schaefer, 2005).   
Los planes de tratamiento a través de la terapia lúdica han sido utilizados como intervención primaria o como terapia de apoyo para múltiples cuadros o problemas de salud mental [Anexo A] (Gil & Drewes, 2004; Landreth, Sweeney, Ray, Homeyer & Glover, 2005), como por ejemplo en el manejo de la ira, luto y pérdida, divorcio y disolución familiar, crisis y traumas, como así también para la modificación de 3 disturbios del comportamiento [Anexo B] (Landreth, 2002) tales como ansiedad, depresión, hiperactividad por falta de atención (ADHD), autismo o incapacidades previsivas del desarrollo, académicas, de desarrollo social, físicas y de aprendizaje, y finalmente en disturbios de la conducta (Bratton, Ray & Rhine, 2005).
Las investigaciones apoyan la efectividad de la terapia lúdica en niños que experimentan una amplia variedad de problemas sociales, emocionales, del comportamiento y de aprendizaje, incluyendo niños cuyos problemas están relacionados al estrés causado por divorcio, muerte, mudanza a otra ciudad, hospitalización, enfermedades crónicas, experiencias tensionantes, abuso físico y sexual, violencia doméstica y desastres naturales (Reddy, Files-Hall & Schaefer, 2005). La terapia lúdica ayuda al niño a:
-     Volverse más responsable por su comportamiento y desarrollar estrategias más exitosas.

-     Desarrollar soluciones nuevas y creativas para sus problemas.

-     Desarrollar el respeto y la aceptación de si mismo y de los otros.

-     Aprender a experimentar y expresar emociones.

-     Cultivar empatía y respeto por los pensamientos y sentimientos de los demás.

-     Aprender nuevas capacidades sociales y relacionales con la familia.

-     Desarrollar sus propias habilidades y por lo tanto una mayor seguridad con relación a ellas.  

¿CUÁNTO TIEMPO DURA LA TERAPIA LÚDICA?


Cada sesión de terapia lúdica tiene una duración variable de entre 30 y 50 minutos. Las sesiones tienen generalmente una frecuencia semanal. Las investigaciones sugieren que son necesarias un promedio de 20 sesiones para resolver los problemas de un niño derivado a dicho tratamiento. Claro que algunos niños pueden mejorar mucho más rápido, mientras que la resolución de problemas más serios puede llevar más tiempo (Landreth, 2002; Carmichael, 2006).